Los últimos tres lustros han sido testigos de la evolución de la Tv. Desde la concepción de un espectador pasivo, que como respuesta sólo podía apagar el televisor o cambiar de canal, hasta la aparición de un espectador de actividad compulsiva que selecciona, juega, participa y manipula la oferta televisiva, por lo que ha sido necesario desarrollar nuevas estrategias para fijar su atención y dejarse en disposición para ser impactado por la publicidad.