Esta política del Ser es lo que hace que el Holocausto solo se pudiera llevar a cabo partiendo del mito ario de la cultura alemana. Sí hay filosofía en Heidegger, pero se trata de una tarea hermenéutica cuya meta es la destrucción de toda la ontología. ¿De dónde le viene esta lógica radical de la procedencia u origen que hasta llega a exigir los "certificados de nacimiento" de los conceptos griegos?: de su antisemitismo del espíritu y no al revés. Este prejuicio metafísico u ontológico no lo explica el psicologismo, sino la radicalidad del Mal existencial: la racionalidad moderna que, muy conscientemente, se olvida, niega y destruye el sentido originario del Ser en aras de la razón del cálculo. La Kultur alemana venía exigiendo, frente a la decadencia de Occidente, una nueva aristocracia, pero del Ser. Una existencia auténticamente humana solo lo es para una raza que aún exista y se pregunte por qué hay Dasein y no más bien Nada. Es, pues, este tipo tan singular de antisemitismo, del todo imposible antes de Lutero, lo que, internamente, mueve todo el pensamiento heideggeriano en contra de la racionalidad; bien de orden científico y filosófico, ya de carácter ético o democrático. Estos trabajos pueden ser leídos de dos formas. No solo se trata de un ejercicio científico o mapas conceptuales del itinerario intelectual que le llevó a abrazarse, y de qué forma, a Hitler. Animo a los posibles lectores a que lean esta antología de investigaciones contra Heidegger y el racismo como la novela histórico-filosófica de lo que él mismo dijo que era: un antisemita del espíritu. Una trama filosófica antirracional que nos descubre el espíritu de esta época tan nefasta.