Cuando comprendí que traducirme en palabras era el único clavo ardiente, la creación de Maya fue un mero trámite. Nunca sabré quién salvó a quién; o cuándo, la poesía, nos tejió las alas..., lo que está claro es que ahora ella existe y mi voz es su grito de guerra. Nunca sabréis si es la esquizofrenia o mi trastorno bipol ar han sido ya diagnosticados..., pero Carlos Salem asegura cada miércoles que un trío