Las «liquideces» de nuestra sociedad y sus consecuencias en la familia contemporánea líquida, la evidencia del abuso de los pseudodiagnósticos, la sinrazón del mercado de los psicofármacos y la «burbuja sanitaria» a la vez que la formulación de los principios ideológicos del autor que pasan por la mínima profesionalización necesaria», el movimiento «más tiempo con los hijos» y el evitar la medicalización de la infancia…resumen el contenido de este texto breve, vibrante y enérgico.«Un sentimiento generalizado de insatisfacción es lo que más promueve el consumo. Y si estamos insatisfechos de los (pocos) niños que tenemos, eso moverá muchas cosas en ese modelo económico. Es un principio económico, pero ha funcionado marravillosamente desde entonces. Y es una de las causas de que a los niños haya que diagnosticarlos, porque la insatisfacción de cómo son nos lleva a ver quién nos los trata y que lo hagan rápido, fácil y sin cambiar nosotros nada» (Jorge L. Tizón)