Las memorias de Dolores Botey Alonso nacen en la intimidad de una vida en plenitud, sin una invitación expresa a su lectura, sin una intención más allá que la del mero recuerdo nacido de la necesidad de contar una experiencia, pero que hoy, al ser editadas en las páginas de este libro, adquieren una dimensión pública. Fueron la necesidad de desahogo, la búsqueda de justicia y el deseo de dar a conocer lo vivido los motivos que le llevaron a escribir sus memorias de cautiverio, sabiendo que la suya era sólo una más de las muchas vidas truncadas por la Guerra Civil. La guerra hizo que perdiera a su madre, víctima de uno de los bombardeos que asediaron Madrid al inicio de la contienda. La guerra se llevó al frente a sus tres hermanos. Hizo desaparecer a sus amigos. Le robó la adolescencia. Y la guerra le llevó a la cárcel diez años, tres meses y 120 horas. (Del prólogo de Verónica Sierra Blas)