Hay hombres que cuentan historias, así como historias que se cuentan a través de hombres. La de la industria de la música en Colombia puede contarse con tino y fidelidad (¡alta fidelidad!) por medio de Humberto Moreno. Llevado a escenarios ajenos a este libro, o al de otros ámbitos de generosa discusión especializada, Humberto Moreno es un nombre que dice poco. Su nombre es como él: discreto, corriente (en el más puro sentido del trato cálido y familiar) y sin vacuos adornos. En tiempos en que brillan más los que montan un espectáculo rimbombante alrededor de su personalidad y se presentan envueltos en distractores oropeles, Moreno ha logrado valer por lo que es, aunque muchos ignoren qué es lo que es.