Nicolás abre los ojos y descubre que su cuerpo se ha convertido en algo que no comprende: se da cuenta de que se ha transformado en una rata. Entonces, recuerda los últimos días: ha estado acompañando a su madre, Helena, al laboratorio en el que trabaja en la búsqueda de un medicamento que haga más resistentes a las personas a las enfermedades; para ello, trabaja con ratones y ratas en complejos procesos. Un día, el chico escucha al jefe de su madre amenazándola con expulsarla del laboratorio porque quiere que adelanten las pruebas en humanos.