Los poemas de Luisa Machacón habitan una geografía en la que el recuerdo vuelve a los días vegetales de la niñez, siempre desde la otra orilla del tiempo, en ciudades lejanas y bajo otros árboles que esperan. Los capullos de rosa de la abuela, las fiestas de puertas abiertas de la única y definitiva casa, y las mujeres primordiales que una mañana sembraron para siempre de verde el mundo. Así los poemas de Luisa: un jardín que mira al interior de una ventana. Emiro Santos García Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia Como un viaje al interior de las trinitarias que crecen en el recuerdo, estos poemas escritos desde la lejanía de su tierra, el desarraigo desde el centro mismo de la médula, hacen un recuento de la infancia perdida, el territorio dejado a la evocación, los nexos familiares sujetos por una memoria que se va disipando, los vuelve compostaje, hojarasca de los nuevos otoños, donde la poeta ahora funda su presente, aquella verdad tan dolorosa de todo inmigrante: hemos abandonado al país, con él también se fueron las lagartijas que solíamos corretear ante la vista de unos familiares extintos, el propio individuo que éramos para nosotros mismos en aquellos jardines huérfanos desde la carne. Eduardo Bechara Navratilova Olomouc, Moravia, República Checa