Éramos jóvenes, no queríamos a Reagan ni entrar en la OTAN, queríamos tanques pero de cerveza; la mili era una KK y Nicaragua sería sandinista o no sería. Hacíamos fanzines, nos divertíamos e íbamos a los conciertos de LOdi Social, tomábamos birras a montones en el Kafé Volter y el pogo era el único baile que conocíamos. Entrábamos en el Zeleste de Platería siempre que el portero bajaba la guardia, eso sí, pasando antes por Rodri a llenar los depósitos con sus combinados.Encuadernación: Rústica.Éramos jóvenes, no queríamos a Reagan ni entrar en la OTAN, queríamos tanques pero de cerveza; la mili era una KK y Nicaragua sería sandinista o no sería. Hacíamos fanzines, nos divertíamos e íbamos a los conciertos de LOdi Social, tomábamos birras a montones en el Kafé Encuadernación: Rústica.Volter y el pogo era el único baile que conocíamos. Entrábamos en el Zeleste de Platería siempre que el portero bajaba la guardia, eso sí, pasando antes por Rodri a llenar los depósitos con sus combinados. El chino era el chino y la policía metía caña de la buena en la Plaza Real. La heroína mataba de verdad y el sida era una amenaza lejana en una Barcelona que tampoco tenía ni idea de lo que eran unos Juegos Olímpicos. Ni falta que le hacía. ??