"Existe, la idea vastamente extendida de que el liberalismo fue introducido por primera vez en Chile por los Chicago Boys a fines del siglo XX y que, por lo tanto, sería un engendro ajeno a nuestra tradición republicana. Sin embargo, las obras de los cuatro pensadores antedichos -y muchas otras que podrían agregarse-, vienen a demostrar que las ideas relacionadas con la libertad, no sólo en términos económicos, sino también referidas a los derechos individuales clásicos, tuvieron amplia difusión y fueron defendidas con mucho vigor por dirigentes, tanto del Partido conservador, como algunos del Partido liberal. Es más, creemos que son las ideas expresadas en esas obras las que pueden servir como columna vertebral de un consenso enraizado en la historia, para encauzar las distintas corrientes de la derecha chilena, tanto conservadora como liberal. Al convocar a un encuentro de reflexión sobre estos intelectuales chilenos, bajo el título “Los Padres Fundadores del liberalismo chileno”, sabíamos que sería una apelación controvertida, porque efectivamente ella abre interrogantes que son legítimas. (...) Tal vez conviene comenzar por consignar que el liberalismo clásico es limitado respecto a sus objetivos y modesto en sus aspiraciones metafísicas. Está asociado a la idea de que es importante contener las atribuciones del Estado, debido a su enorme potencial para vulnerar la libertad de los ciudadanos; también se haya asociado a la importancia del imperio de la ley por sobre el poder arbitrario o discrecional, al valor de los derechos individuales, especialmente la libertad de pensamiento, religión, expresión, (incluida la libertad de imprenta) asociación y movimiento y finalmente, a la defensa de la vigencia plena del derecho de propiedad, como base material para la expresión y el ejercicio de todos los anteriores". Lucía Santa Cruz