Hans van de Waarsenburg expresa en Paisajes marinos y otros poemas un deseo mesiánico de curación más y más auténtico. No hay que cerrar los ojos ante la muerte: la mutilación se torna la condición indispensable para un anhelo verdadero. Todo parece fantasmal, ilusorio y, sin embargo, es verdad poética; valga la aparente redundancia, verdad verdadera.