«Cuento cuentos que no entiendo, que me superan, que me cambian, que me obligan a ser otro y busco dar cuenta, al contar, de la manera como esa historia me tocó, me perturbó, me cambió». Palabra de cuentero es un libro hermoso e inclasificable, un objeto mágico para perderse y encontrarse mil veces. Sus páginas desprenden un amor profundo por la palabra oída y compartida, por el encuentro, por el inefable misterio de los viejos cuentos de todos los tiempos y lugares. Nicolás Buenaventura Vidal nos lleva con él en sus viajes contando por Europa, África y América; reflexiona sobre la palabra, la narración, los cuentos tradicionales, la creación de espectáculos o la formación; narra emocionantes anécdotas ocurridas al contar en cárceles, bibliotecas, escuelas; y propone novedosas definiciones para determinados conceptos narrativos como el silencio o el ritmo. «Cuento cuentos que no entiendo, que me superan, que me cambian, que me obligan a ser otro y busco dar cuenta, al contar, de la manera como esa historia me tocó, me perturbó, me cambió». Palabra de cuentero es un libro hermoso e inclasificable, un objeto mágico para perderse y encontrarse mil veces. Sus páginas desprenden un amor profundo por la palabra oída y compartida, por el encuentro, por el inefable misterio de los viejos cuentos de todos los tiempos y lugares. Nicolás Buenaventura Vidal nos lleva con él en sus viajes contando por Europa, África y América; reflexiona sobre la palabra, la narración, los cuentos tradicionales, la creación de espectáculos o la formación; narra emocionantes anécdotas ocurridas al contar en cárceles, bibliotecas, escuelas; y propone novedosas definiciones para determinados conceptos narrativos como el silencio o el ritmo.