Los historiadores, como toda comunidad profesional, utilizan un vocabulario particular, hecho de palabras reconocibles, de términos rituales, de etiquetas y de conceptos. Este vocabulario se inscribe dentro de la historia de la disciplina, fuertemente estructurada desde fines del siglo XIX en torno de instituciones particulares (los concursos académicos, las universidades y los centros de investigación). Hoy en día, este vocabulario del historiador se encuentra enfrentado a otras disciplinas afines, con las cuales mantiene relaciones más o menos cercanas y competitivas, tales como la sociología, la antropología, la filosofía o la ciencia política. Este volumen intenta dar cuenta no solamente de las palabras del historiador, sino que también de las palabras de las ciencias sociales y humanas, frente a las que el historiador se ve confrontado. Resulta hoy impensable continuar con el aislamiento de la historia respecto de otras disciplinas cercanas. En América Latina hemos importado gran parte del vocabulario disciplinar de la historia sin ponerlo suficientemente en tensión respecto de nuestras propias realidades y desarrollos históricos. En tal sentido, este diccionario no pretende, en ningún caso, entregar definiciones canónicas y definitivas, sino más bien problematizar conceptos y dejarlos abiertos a la comunidad académica y a todos quienes se interesen en las palabras y en la evolución de sus significados.