David nos adelanta en su prólogo que «La presente obra es un paso y orientación que nos lleva de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento , la obra se sitúa y orienta siguiendo las pistas de su continuidad y desenlace, escogiendo los problemas por su pertinencia y no por la tendencia que éstos pudiesen tener desde una corriente filosófica u otra». Con Parar el mundo. Una hermenéutica de la contemplación, Javier Atencia, en palabra y referencia de sus prologuistas, « recoge y asume sin acritud las corrientes más relevantes que han sobrevolado el problema de la comunicación; además, el ensayo añade una posición desde la que se pueden contemplar dichas corrientes o perspectivas, acerca de la contemplación».