En la Central de Conciencia y Conducta Humana están todos alterados. No tanto por las misteriosas desapariciones de los ángeles y demonios (sí, esos que se posan en nuestros hombros y nos aconsejan al oído lo que está bien y lo que está mal) sino porque Paz y Carbonelli, viejos adversarios, gloriosos en otros tiempos, van a volver a trabajar juntos luego de años de ausencia. Habitarán la conciencia de Mateo y, aunque se detesten con furia, intentarán descubrir el origen de los problemas que aquejan a este niño. Pero llegar al fondo del asunto no va a ser simple: tendrán que luchar contra el Sistema Perfecto, correr aventuras inesperadas y, sobre todo, soportarse el uno al otro, en una carrera por salvar la conciencia de los humanos.'