La obra de Michael Apple comenzó a conocerse de modo generalizado en la vida académica hacia los años 1980 cuando en las instituciones de educación superior se comenzaron a vivir procesos de democratización. Le debemos a aquellos planteos de Apple la visión del currículum como procesos de producción distribución y reproducción del conocimiento en las aulas caracterizados por las conflictivas relaciones de poder desiguales. Por lo tanto los procesos pedagógicos debían pensarse relacionalmente para comprender los finos entramados de las ideologías dominantes que operan al seleccionar aquello a enseñar a quiénes y cómo porque las opciones son direccionadas por valores dentro de universos más extensos. Su pensamiento obligaba a una tensión conflictiva de las categorías clásicas de la educación y de la pedagogía que por aquellos momentos se encontraban imbuidas de neutralidad y explicaciones funcionalistas. Con el auge neoliberal encontramos en las obras de Apple de la década de 1990
"Es un libro excelente y en cuanto a la entrega del producto cumplió con mis expectativas.. Muy buen servicio"