La crisis del bipartidismo ha supuesto la irrupci¢n en nuestro pa¡s de nuevos partidos pol¡ticos, algunos de marcado car cter populista,cuyos l¡deres no dudan en atribuirse la representaci¢n del ®la gente¯, de la voluntad popular, como excusa para instrumentalizar en subeneficio las instituciones y cuestionar la legitimidad del Estadodemocr tico y liberal de Derecho. Al contrariode otros movimientos populistas anteriores en los que la revoluci¢npopular antecedi¢ al cambio legislativo, el de nuevo cu¤o parece haber asumido que la ley puede ser la mejor herramienta revolucionaria para propiciar el cambio social. Actualmente vivimos inmersos en un proceso de ideologizaci¢n del Derecho Penal que lospopulistas excusan en la protecci¢n de identidades colectivas,principalmente el gnero (sexo) y la idiosincrasia nacional. En tornoa la err¢neamente llamada ®violencia de gnero¯ y las actuacionesdelictivas cometidas por inmigrantes se ha generado una alarma socialimpostada y sobredimensionada pol¡ticamente, que no se corresponde con su escas¡sima incidencia a nivel estad¡stico, pero que revela que lapretensi¢n de sus respectivos agitadores no es solventar un problemareal, sino convertir la identidad colectiva en un arma de agitaci¢nsocial y en un catalizador para subvertir el Estado de Derecho. Con un lenguaje claro, que permite su comprensi¢ntanto a juristas como a personas legas en Derecho, Guadalupe S nchezanaliza ambas vertientes identitarias, con el objetivo de facilitar al lector tanto la identificaci¢n de los discursos populistascontempor neos que intentan imponer su visi¢n manipulada de lavoluntad popular sobre la ley, como el conocimiento de lasherramientas jur¡dicas de las que pretenden hacerse valer paradestruir el sistema desde sus cimientos.