«¿Qué viene después del mil?», le pregunta la pequeña Lisa a su amigo Otto, con el cual está aprendiendo a contar las estrellas. Lisa ya sabe contar hasta dieciséis, pero en el cielo hay muchas más estrellas, por lo menos mil, le ha dicho el viejo Otto. Con él pasa ratos muy divertidos, pero un día Otto se pone enfermo y muere al cabo de un tiempo. A Lisa le cuesta acostumbrarse a su ausencia. Es la mujer de Otto la que le hace comprender que aunque no podamos ver a una persona, ésta puede seguir presente dentro de nosotros. ¿Qué viene después del mil? fue galardonado con «La Pluma de Plata», premio del libro infantil y juvenil de la Asociación de Médicos Alemanes, que lo incluyó entre sus recomendaciones del año 2005.
"un bello libro infantil, con un tema poco tratado y hablado en los niños. "
Javier Yáñez Jueves 16 de Enero, 2020"Es un libro precioso y sencillo, aun así no se agota con una lectura. "
Ignacia Hevia Martes 02 de Noviembre, 2021"¿Qué viene después del mil? Un cuento ilustrado sobre la muerte: de la escritora alemana Anette Bley, de @editorialtakatuka, este libro lo vi justo un día sábado que íbamos caminando con mi hija a eso de las 21 hrs por y ella mira al cielo y me apunta hacia una estrella muy brillante que estaba justo al lado de la luna nueva, después supe que era Venus y me dice “mamá, mira ahí está la Nené leyendo un libro a la luz de la luna” la Nené es mi abuela que la habíamos enterrado hace justo 3 meses, me emocioné mucho y no dudé es comprar este libro, un libro con una mirada que me conecta mucho con mi sentir respecto a la muerte. Se trata de la historia de una niña llamada Lisa y su amigo un hombre mayor, llamado Otto, él es jardinero y le cuenta muchas cosas, disfrutan el día juntos, Lisa anhela poder darle a un búfalo de lata con una piedra lanzada por una onda que le regaló Otto, cuando lo logró se sintió muy feliz, en una noche estrellada, se pusieron a contar estrellas Otto decía que habían más de mil, Lisa pregunta ¿qué viene después del mil?, Otto sigue contando y concluyen que los números no se acaban nunca. Un día Otto muere y Lisa no entiende por qué la dejó sola, se sienta en la hierba junto a Olga y observan el jardín, ella dice que ya no le gusta el jardín sin Otto, Olga le hace ver que aunque no lo puedan ver el siempre estará, al igual como si imagina un pastel, en pastel está en su imaginación aunque físicamente no lo puedan ver, Lisa concluye que con Otto pasa como los números, los llevamos dentro y nunca se acaban. Este libro me conecta con lo que siento con mi abuela y con lo que le dije el último día que la vi con vida, “el amor no se muere, solo el cuerpo”. En honor a nuestros seres amados que ya no están y que honramos en estas fechas."