Este es el libro, leyéndolo el lector podrá asistir a una de las más interesantes aventuras intelectuales del siglo XX. Merece la pena hacer el esfuerzo que exige. Y si su lectura sirve para abrirse al conocimiento de Zubiri y entrar en contacto directo con sus obras, entonces el propósito del autor del libro y de quien esto escribe, quedarán por completo recompensados. Zubiri es un gran maestro. Y lo es porque ayuda a pensar, a crear, y también a ir más allá de él. Los grandes maestros no son los que exigen voto de fidelidad, sino aquellos otros que estimulan el pensamiento propio y original, los que dan alas a sus lectores. Porque, como ya decía Zubiri en 1942, «la filosofía no es algo hecho, que esté ahí y de que baste echar mano para servirse a discreción. En todo hombre, la filosofía es cosa que ha de fabricarse por un esfuerzo personal.» No se puede leer filosofía sin convertirse uno, necesariamente, en filósofo. El lector tiene en este momento una ocasión espléndida de iniciar una de esas aventuras capaces de transformar toda la vida. ¿Merecerá o no la pena aprovecharla?