El Derecho mexicano del trabajo ha pasado por diferentes etapas que han marcado sus rasgos característicos que permitieron su nacimiento, consolidación e institucionalización. Cabe recordar cómo, hacia fines del siglo XIX, la naciente industria nacional presionaría al sistema jurídico, entonces vigente, para crear espacios normativos que dieran cabida y encausamiento a los primeros conflictos laborales; fue así como hicieron su aparición las normas del trabajo inspiradas, por un lado, en los planteamientos humanistas y liberales decimonónicos y, por otra parte, por las necesidades objetivas que la economía presentaba.