PROL. DE JOSE-BENITO ALIQUE'...Volviendo a los huevos de tortuga, diré que me proporcionan un canquete exquisito, pues pude añadirles sal. Su gusto me pareció extraordinario. Pero mi satisfacción se vio turbada muy pronto, cuando me di cuenta de que me estaba acabando la yesca. Las ocupaciones de los día precedentes me impidieron pensar algo al respecto. ¿Qué sería de mí, privado de los medios de encender fuego? ¿Me vería forzado a alimentarme sólo de ostras, de bellotas y de huevos crudos?...'