SINOPSIS: En “Sentimientos arrancados”, E. Maki nos muestra su parte más reivindicativa e inconformista contra el sistema en que vivimos, sin dejar de lado su constante reclamo a la muerte, el amor y desamor ni sus dudas sobre la humanidad o sobre sí mismo. Aunque, en esta ocasión deja menos amargor en sus poemas, abriendo una puerta a la esperanza y a sentimientos olvidados hacía tiempo, sigue dejando ver un mundo de soledad y desidia que, sin duda, no dejará indiferente al lector.No renuncia a su coloquial, agresivo y llano lenguaje que acostumbra a usar en sus composiciones ni abandona el estilo que adquiere de las influencias de Charles Bukowsky, Antonio Machado, Miguel Hernández o Bécquer entre otros, con poemas de verso corto y ágil lectura.EL AUTOR: Maki CastilloE. Maki Castillo (Madrid 1981) nacido en el seno de una familia obrera, comenzó a dedicarse a la labor de escritor para el programa de radio en el que colaboraba, también como locutor, de la emisora local del pueblo donde se crio (Azuqueca de Henares, Guadalajara) por aquel entonces contaba con trece años, dejándolo a los catorce al trasladarse a vivir a otro lugar. Retornó a sus escritos y poemas a la edad de dieciocho años escribiendo intermitentemente, en épocas de mayor moral decaída, hasta el día de hoy; en el que continúa preparando su segundo poemario y algún que otro relato de distinta temática.A los 31 años conoció a su actual pareja, la cual le daría a conocer al escritor Charles Bukowski, haciendo que este influenciara en gran manera su forma de escribir.Fue finalista en al menos dos certámenes literarios, cuyos poemas fueron publicados en sendos libros. Habiendo sido cantante en un pequeño grupo, sin éxito ni trayectoria, compuso algunas de las letras de sus canciones, las que posteriormente convertiría en poemas.En la actualidad reside en Teruel dónde forma parte de un club de escritura y colabora con un fanzine, de corte social y cultural, editado por un grupo de universitarios escritores cómo él.Después de trabajar alrededor de casi veinte años en la hostelería como camarero, busca su futuro profesional con el papel y el bolígrafo, escribiendo incluso en las libretas de comandas cuando le ha venido la inspiración entre café y caña, buscando el rincón adecuado para no ser visto por el jefe.