Formado por poemas que oscilan entre la meditación sobre un fragmento de la realidad y la presentación de una línea de imágenes que, conforme se acumulan, expanden su poder significativo, este libro es un conjunto de piezas forjadas con un oído exacto y sagaz, que recuerda, por su estructura, a los cuadernos de notas de los viajeros decimonónicos. El viaje de la poeta va de lo lóbrego a la transparencia, de una interioridad difusa y poblada de matices a exteriores rajados por una luz demasiado meridional, de la piedra al cuerpo y sus descomposiciones.