Con la publicación de estos ensayos (1922-1930), Horacio Quiroga buscó explorar el problema de la literatura. No debe descartarse, en estos textos, una fuerte dosis de humor e ironía (como en su defensa frente a los jóvenes vanguardistas), pero por encima está la reflexión, la búsqueda de racionalizar el acto creativo, en la que destaca su agudeza, penetración y dominio de la poética del cuento, que con tanto magisterio ejerció.