La autora de este libro no es un personaje anecdótico en la historia de esta disciplina. Con sus errores y aciertos hizo valiosas aportaciones al desarrollo de esta ciencia, que convirtió en su vida.Se podría escribir de ella que fue científica, sin más, igualándola a sus colegas de la época, al estilo de Lagrange, Legendre o Fourier, en cuyas biografías nadie se detiene a recalcar su género. Estoy segura de que ella hubiese deseado que no hubiese que señalar constantemente que fue una mujer. Querría decir queEncuadernación: Rústica con solapasColección: La matemática en sus personajes ; 47 tuvo a su alcance todo aquello de lo que gozaron sus colegas: acceso a una formación, respeto por sus resultados y ausencia de paternalismo. Pero la realidad fue muy distinta. Como cualquier persona, fue fruto de sus circunstancias. No tuvo problemas por el dinero o por el color de su piel, los tuvo por ser mujer.
"La gran Sophie Germain, aportó al último teorema de Fermat. "