Aunque es una alegría indescriptible ver la cara de felicidad de tu mejor amiga cuando baila tan enamorada con su esposo el día de la boda, no puedes evitar preguntarte con tristeza por qué tú no puedes encontrar a alguien a quien puedas amar con esa misma magnitud; cuando llega el momento de lanzar el ramo te lo tira directamente a ti y las que están a tu lado te empujan para que no falles; en la mesa te sientas con parejas tradicionales y, aunque juras que es la última vez que vuelves a ir sola a una boda, en la próxima pasa lo mismo; todos tus amigos que ya escogieron su pareja se entretienen tratando de buscarte la tuya; no hay pariente o amigo de la familia que después de un tiempo sin verte no te pregunte por qué no te has casado todavía; en las tarjetas de cumpleaños todos te dicen, en lugar de "feliz cumpleaños": "ya llegará". Es una lástima que aunque esta es una etapa muy divertida y a la cual podemos sacarle mucho provecho, muchas mujeres y hombres no la disfruten como se debe porque se dejan llevar por la soledad o la presión social de que debemos estar casados a cierta edad y terminan buscando mujer o marido desesperadamente y, como consecuencia, tenemos los altos índices de divorcio. Este no es un libro feminista que vaya en contra del matrimonio; al contrario, en gran parte se habla sobre la búsqueda de la pareja que también es parte importante de ser soltera. Una búsqueda tranquila, que no sea causada por presiones y teniendo muy claro lo que queremos, nos llevará al encuentro de ese ser especial que ocasionará que dejemos de ser solteras, pero mientras no se produzca ese encuentro, ¡vive al máximo y sé felizmente soltera!