Manuel Podestá propone un breve ensayo sobre la soledad que implica correrse dos pasos y todos los detalles que se pueden observar si uno se decide a hacerlo. Con un estilo directo y sin necesidad de recaer en metáforas y adjetivos rimbombantes, el autor deja que sean las propias circunstancias quienes demuestren su costado excéntrico y poético. ¿Qué más solitario que un tenista eliminado y a la vez tan cerca de la cancha donde ocurre lo más importante?