El teatro tiene diversas formas de apreciarlo con sumo placer. Desde la banca del teatro, detallando a sus protagonistas que en carne y hueso personifican con histrionismo cada papel, o lo puede saborear en una sala de un cine, o también desde la silla mullida en frente a su televisor, asimismo, en una placentera reunión de contertulios compartiendo los papales de cada protagonista en una agradable lectura dramatizada, o en el parque, a solas, imaginando, fantaseando no solo la historia que lo atrapa, sino la emocionante sensación de estar inmerso en el pellejo de cada uno de esos personajes. Teatro para el descanso, le regala tres maravillosas piezas dramáticas, que lo transportarán por senderos misteriosos, llenos de maravillosa ilustración y gratas emociones. Magnolia: Un homenaje a esas mujeres valientes que enfrentan la vida con una fuerza inusitada para no dejarse vencer a pesar de la adversidad. En la noche se lavan los pecados: Una historia basada en hechos históricos, en donde el perdón y la tolerancia demostrarán que es la mejor forma de convivencia pacífica a pesar de la diversidad. ¿Y todo para qué?: Los enredos del más allá sitúan individuos en un espacio imaginario donde se verán obligados a revisar sus actos en el andar furtivo por la vida, y su reacción al encontrarse de frente con un pasado que deberá resarcir.