La pugna entre el bien y el mal parece decantarse del lado oscuro. Troy y Abie se ven obligados a utilizar sus conocimientos para darle al señor tenebroso un arma determinante; arma que inclinará la balanza de la lucha de forma definitiva. Mientras tanto, sus amigos intentan a la desesperada lograr su liberación; pero los poderes de Warlock, el mago, convierten en fracaso la huida. El jactancioso Lédoman hace alarde ante sus subordinados de su poder. Su petulancia le hace demorar la ceremonia del agua lustral, ensoberbecido por su poder, ritual que le concedería la supremacía del mundo elemental y humano. La fortaleza inexpugnable del puck desaparece en el abismo al ser socavados sus cimientos por una enorme explosión. Aunque las tropas del ejército de la luz ven en ello la derrota del señor tenebroso, Rumedian, su caudillo, es consciente de que el señor del mundo oscuro se ha salvado y que será cuestión de poco tiempo que retome la beligerancia. Los niños han desaparecido. La máquina del tiempo entregada por Merlín transportándolos a un periodo decenas de años después consigue liberarlos… desgraciadamente, no en las mejores condiciones.