en el siglo de oro, tâleb habría sido un antihéroe. ahora representa a todos esos héroes anónimos que lo son a la fuerza. no los mueve un afán conquistador, no es la ambición la que los empuja a las procelosas aguas de tantos estrechos en pos de un paraíso ficiticio que nunca los acoge como merecen. se enfrentan a todos los peligros imaginables llevados únicamente de la desesperación, de la necesidad de dar de comer a los suyos, condenados a la miseria por los mismos que ahora los rechazan.tâleb es una historia emocionante y tristísima, pero también es denuncia y esperanza. y es que en todos conocemos a tâleb, todos somos tâleb.