En 1963, siete marineros fueron dejados por la Sociedad Holandesa de Gronelandia en el océano Glaciar Ártico, para que realizaran investigaciones científicas. Al verano siguiente, la flota ballenera que regresó a buscarlos encontró sus cadáveres congelados y un diario en el que habían apuntado sus observaciones. Existen historias que sólo el diarios que alguien escribió puede contar. Hace unos años traigo conmigo tres agendas elaboradas por amigos en algún momento de sus vidas, como registro, co