Este cuento narra las peripecias que debe experimentar Turbel para hacer amistad con esa niñita de trenzas negras. Había una vez un viento cansado, vivía tan cansado que ni siquiera había tenido tiempo para sentirse fatigado. Así que se detuvo y decidió sentarse en una nube, y fue tan agradable que se desplomó panza arriba, hasta que, de pronto, descubrió un aroma encantador que lo obligó a mirar hacia la Tierra, era la primavera. Nunca antes había podido ver colores tan hermosos ni sentido fragancia tan deliciosa, y en tal paisaje se dio cuenta de que una niñita cantaba y saltaba disfrutando de su propio juego. ¿Cómo haría Turbel para poder jugar con ella? Él era tan torpe y fuerte que podría hacerle daño a la pequeña.