Ni las grandes máquinas de computación, ni los ordenadores personales, ni internet, ni las redes sociales. Nada de ello tiene un origen educativo. Todas estas invenciones y muchas otras que, a través de la tecnología, nos inundan en los entornos virtuales surgieron por motivaciones muy diversas, económicas, bélicas, polític as, etc. o varias de ellas al mismo tiempo, pero nunca educativas. Sin embargo, todas