El libro que tiene en sus manos pretende abrir vías de problematización que no se habían privilegiado: la anormalidad y su lugar en la polémica del saber, el conocimiento y la constitución de las ciencias humanas. El tópico de la anormalidad actúa como hilo conductor de buena parte de las ideas foucaultianas en torno al poder, al saber y a los procesos de subjetivación; el tema da cuenta, paradigmáticamente, de la manera como el poder se ejerce en el mundo moderno y hasta nuestros días, es decir, responde a un ejercicio positivo cuyo rasgo central no es la represión ni la exclusión, sino la producción (de fuerzas, conductas, sujetos), la integración (a un régimen de control, de gestión, de vigilancia) y la distribución (de diferencias y particularidades).