Durante a¤os viaj‚ por Espa¤a siguiendo un rastro de sangre. Erami trabajo. Como periodista he buscado la dimensi¢n global de cadacrimen. Son muchos los parricidios, los asesinatos econ¢micos,pol¡ticos y familiares que he descrito en cr¢nicas y reportajes. S‚que resulta dif¡cil sentarse al lado de los muertos cuando los vivos,los agresores, acaparan nuestro inter‚s y nuestro miedo. Existencr¡menes que me han perseguido durante toda mi existencia. Me sumerg¡en ellos por trabajo como periodista de investigaci¢n, inconsciente de lo que iban a suponer en mi realidad profesional y personal. Hanpasado las d‚cadas desde aquella Espa¤a posfranquista, y sigo siendoun experto en el asesinato de Yolanda Gonz lez, de los marqueses deUrquijo, en la desaparici¢n de El Nani, en el parricidio de la DulceNeus, en el infanticidio de Paquito Reyes, en el atentado racistacontra Lucrecia P‚rez, en la secta monta¤era Edelweiss... El coraz¢nhumano es un misterio y el cerebro un infierno. Quienes escribimossobre estos asuntos solo podemos ser humanistas a fuerza de conocer de cerca tanto horror. Este libro visita por £ltima vez miscr¡menes verdaderos y algunos paisajes ensangrentados. Son losm s importantes en mi carrera como periodista, y ahora, que meacerco a una edad inquietante, necesito escribirlos y devolverlos aeste mundo tan salvaje que nos ha tocado en suerte.s y sociales seagraven a£n m s.