Todos coincidimos hoy en día en considerar a Vincent Van Gogh, como un genio de la pintura. Algo impensable en su época, aunque todos los que le conocieran llegasen a apreciar, al menos, su entrega y pasión. En su extraordinaria correspondencia "escrita a pincel" expresa su impaciencia, transmitiéndonos que pintura y vida están unidas en un ritmo trepidante y en ocasiones angustioso. Solo, muy solo, con una dedicación casi mística, vivía pintando, sucumbiendo dolorosamente ante la dificultad de la creación. Este conjunto de estudios elaborados por las profesoras del área de arte del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala quiere sumarse al reconocimiento que el siglo XX concedió finalmente a Vincent, proponiendo un nuevo y diversificado acercamiento a la fracturada personalidad del artista y a su expresiva creación. El fin no es otro que ahondar en una cuestión esencial que no deja de interpelarnos cuando contemplamos sus pinturas: ¿Por qué existe el Arte?