A Violeta le encantan los viernes. Tanto que guarda para sí una colección de viernes gozosos: con los amigos, con sus padres, con el abuelo, e incluso en la librería de Fuensanta o con la caja de los tesoros. Y es que los viernes, como el fin de semana acaba de empezar, no hay nada que corra prisa, el tiempo se vuelve más amable y las cosas se disfrutan mucho más.