En 1958, Violeta Parra estuvo varias veces en la Región de La Araucanía, donde compartió con cantores mapuches y registró su música. Curiosamente, ese viaje lo hizo sola, sin sus hijos que la acompañaban habitualmente en sus travesías por los pueblos de Chile. Los descendientes de los cantores son hoy los únicos testimonios vivos de ese encuentro que marcaría para siempre la obra de la mayor cantautora nacional.
"Interesante,me gusto la calidad del papel, agregar ademas que es una investigación de los pasos de violeta por la cultura mapuche;El libro incluye imagenes."
Txema Varona López Miércoles 03 de Mayo, 2023"Todo perfecto y disfrutando con la lectura"