¿Cómo contar la violencia? Y, sobre todo, ¿cómo contar el dolor que provoca la violencia?, ¿cómo hacerlo de una manera honesta, que evite el sensacionalismo, el “catálogo de muertos” del que hablaba García Márquez, pero que no deje de mirar al rostro de las víctimas? Es muy difícil saberlo, pero creo que Pilar Tarquino encuentra una respuesta posible en este libro. Como extranjero, mi primer acercamiento al tema de la violencia en Colombia fue un tanto decepcionante. Libros de historia reciente, documentales y, sobre todo, películas, novelas y series televisivas que trataban el tema. El lector podrá imaginar de qué tipo de obras estoy hablando: sicarios, prepagos, paracos, masacres, coca, dólares, hágale. Me sorprendía que las víctimas apenas estuvieran presentes. Eran, cuando aparecían, simples inocentes que formaban un decorado sobre el cual resaltaban mejor los malos y las vísceras. Cuando hablaban, era para gritar el dolor. Como para dejar claro que el dolor existe.