Vivir con la enfermedad muchas veces es inevitable. Sabemos que es poco probable que la enfermedad desaparezca. De hecho, se transforma en una fuerza determinante en la vida cotidiana. La enfermedad trae consigo limitaciones y aflicciones, disminuciones y perdidas. En la cultura imperante, suele considerarse que una vida con enfermedad no es una vida vigorosa, ni tampoco creativa. La posibilidad de que ofrezca nuevos dones ocultos tras las limitaciones es inimaginable. Y ciertamente no podria ser espiritual!
"llegó muy rápido y en muy buenas condiciones "