El destino de un hombre podría inscribirse dentro de lo que ha dado en llamarse literatura comprometida; en este caso comprometida con una causa política precisa; que no es sólo el comunismo como un ideal del sistema que gobierna a los personajes; sino el compromiso; ante todo; con la vida misma como lo hace el protagonista de esta obra; un soldado a quien la guerra le arrebata sus bienes y su familia y que con el afecto de un pequeñín huérfano recobra la voluntad de vivir.