Reseña del libro "El Tercer Personaje"
A partir de la publicación en 1996 de El arte de la fuga, la obra ensayística del autor se transformó en una galería de imágenes que, a la manera de los grandes vitrales góticos, revela en la suma de sus fragmentos el relato de una vocación, el paciente acopio de fronteras que afianzan un estilo. Inventario de intuiciones y reminiscencias, de manías y fobias, este libro es el testimonio de una vida repartida y narrada desde la literatura, los rasgos que configuran el itinerario de un lector. El autor ha ubicado su trabajo al amparo deEncuadernación: Rústica con solapasColección: Argumentos una idea en la que los elementos menos visibles de la memoria y la imaginación trabajan juntos para alcanzar estructuras orgánicas, implacables. Aquí la semblanza biográfica, la nota de lectura y la conferencia se mezclan, con una facilidad de vértigo, con el escrutinio de las propias agitaciones que se encuentran en la médula de toda escritura, para de ahí saltar a la reflexión política, al comentario de una obra plástica o al problema de la identidad en América Latina. Escritos a lo largo de las dos últimas décadas, los ensayos que reúne este volumen constituyen las bifurcaciones de una vasta genealogía de afinidades. A los de Cervantes, Dickens, Galdós, Virginia Woolf y Chéjov, nombres recurrentes que pueblan la biblioteca esencial de este autor mejicano, se suman ahora los de Carlos Fuentes, Fernández de Lizardi, Monterroso, Pacheco, Aira y Bellatin, como también el cine, la narrativa polaca, los proyectos editoriales de Tusquets y Anagrama, la pintura de Juan Soriano, Rufino Tamayo y Vicente Rojo, la cerámica de Gustavo Pérez, la literatura policial, distintos rostros con que se revela y esconde al que habita en estas páginas del último libro del autor.
