Reseña del libro "Estética del Tajo"
Las imágenes de la muerte, del suicidio de la mujer y el lenguaje, recorren el
libro. Dividida, partida en dos como la fruta podrida, (única imagen que ha de
perdurar), no hay palabras. 'No hay palabras para mí, la mandíbula está
partida en dos, yo estoy partida en dos. Se escribe desde la escisión, en una
zona de hiato, en un boquete entre del silencio y la palabra y la precariedad.
Esta, como bien lo dice la autora en uno de sus versos, es una estética del
tajo. Herida que no se cierra ni con la sangre ni con la letra y donde el arte de
morar, es también un aprendizaje de morir, de escribir: Porque la escritura:
cuerpo, deseo, negación, fatalidad, pareciera ser el único modo de resistir,
mientras se pueda.