Reseña del libro "Mi hermana y yo"
Esta obra, considerada como una autobiografía, es un documento en el que el autor cuestiona su vida entera. Fue escrita, como una reacción contra sus familiares más cercanos que impidieron la publicación de Ecce Homo, debido a que su contenido espantó a su madre y hermana Elisabeth; horror que se disiparía, ocho años después de la muerte de su autor, cuando Elisabeth cedió la obra a cambio de grandes sumas por sus derechos de publicación. Mi hermana y yo esperó varios años para ver la luz, pues no podía ser publicada mientras vivieran algunas de las principales personas ahí citadas. Pero al ser publicada (1951), desató odio, escándalo y encarnizadas polémicas, llegando incluso a negarse la autenticidad de sus páginas, pero hubo quienes la admiraron, considerándola como lo más auténtico y genial escrito por él. Con esta obra Nietzsche nuevamente era objeto de polémicas como lo fue durante su vida, producto de la incomprensión humana, fenómeno entendible si se considera que leer a Nietzsche implica entrar a un laberinto. Cuando terminó de escribirla, Nietzsche estaba recluido en Lena, un hospital psiquiátrico, y para que no corriera la misma suerte de Ecce i-lomo, lo entregó a otro paciente que sería dado de alta, para que el libro evadiera la vigilancia de su hermana y llegara a los lectores. En ese encierro, consumido por la sífilis, desbordado por la vigilancia de su hermana y de su madre, le llegó el escenario para crear esta autobiografía o novela; un hospicio para un individuo incomprendido y desahuciado por sus contemporáneos. Aquí Friedrich mantiene el temple del resto de su obra, un rebelde contra el universo que en ningún momento se arrepiente, y su única frustración sea haber equivocado los procedimientos para rematar a su mayor contrincante, Dios. Es una obra que muestra el verdadero calibre de este genio, su grandeza y su derrota, describe la vida de Nietzsche; la vida de aquel individuo que se hartó de las convenciones de la humanidad, proclamó la muerte de Dios y demolió la filosofía a martillazos o aforismos.
