Reseña del libro "Sangre"
PRENSA Sin duda alguna Ernesto García sabe hacer teatro, tiene el oficio y la habilidad de un maestro de obras, que lo mismo levanta una escenografía, compone buenos números musicales, diseña las luces y elabora el texto. Tal vez esa visión de conjunto es lo que le permite crear un espectáculo como Sangre, con un derroche de sugerente elegancia y plásticamente exquisito. - Diario Las Américas -La puesta en escena de Sangre funciona como el mecanismo de un reloj suizo: movimientos, textos, luces, música, efectos y demás gozan de la exactitud propia del director exigente, ese que no admite sacrilegios durante la Misa. Ernesto García posee el privilegio de asumir la realización del espectáculo en su casi absoluta totalidad cual dictador capaz de permitir libertades que no tergiversen el propósito que persigue, de ahí la coherencia del discurso teatral, su discurso, aunque él diga "no es teatro lo que hago". Perdóname, socio, las evidencias te desmienten. Tanto, que desde el inicio de la puesta, cuando el coro se desplaza vertical y horizontalmente, como en aquella época, nuestra tragedia ha comenzado. - TeatroenMiami.com -Con una sencilla escenografía que utiliza una plataforma con peldaños y un trono sobre el que cuelga un triángulo de madera invertido, con manchas de sangre sobre la silla de Creonte, una alegoría a la crueldad del rey. La obra nos atrapa desde el inicio, como un espectáculo concebido para que el público no distraiga su atención. El juego de luces, la música y la danza de las Erinias, con una sensualidad que se amolda a la belleza plástica de esta versión de la obra, adentra al espectador en el conflicto original de la pieza, donde el amor filial se antepone al miedo y a la ley. - Cubaencuentro.com